Tarta de queso con mermelada casera

tarta de queso

Tarta de queso con mermelada casera de fresas gelatinizada

Según parece, los orígenes de la tarta de queso o cheesecake se remontan a la antigua Grecia siendo adoptada después por los romanos y de ahí su expansión. Cada región o país tiene sus peculiaridades. En Estados Unidos se utiliza el queso crema al igual que vamos a emplear nosotros. En Italia se utitiza requesón, mientras que en los Paíse Bajos, Alemania y Polonia utilizan el queso Quark.

 

Ingredientes para la mermelada:
500 gr. de fresas.
300 gr. de azúcar.
El zumo de un limón.
4 hojas de gelatina neutra.

Ingredientes para la tarta:
Con estas cantidades, hemos preparado una tarta y cuatro moldes individuales de dos raciones cada uno. Si quieres preparar una tarta más pequeña, tendrás que reducir los ingredientes a la mitad.

2 paquetes de galletas tipo María.
150 gr. de mantequilla.
4 huevos.
740 gr. de leche condesada (bote grande).
740 gr. de queso cremoso tipo Philadelphia.

Elaboración:
Empezamos por preparar la base de la tarta. Para ello, tituraremos las galletas.

Derretimos la mantequilla en el microondas y le añadimos las galletas trituradas. Mezclamos bien.

Repartimos en la base de los moldes presionando para que quede una capa compacta.
Reservamos en la nevera mientras preparamos la tarta.

En un bol, ponemos la leche condensada, los huevos y el queso

Batimos bien.

y vertemos sobre las bases de galleta.

Con el horno precalentado a 150º, horneamos durante unos 30 minutos.
Comprobamos que está cuajada por el centro y si es necesario mantenemos unos minutos más.

Sacamos del horno y dejamos enfriar mientras vamos con la mermelada.
En un cazo, ponemos las fresas lavadas y troceadas, el azúcar y el zumo de limón.
Cocinamos a fuego lento y cuando veamos que las fresas están blanditas (unos treinta minutos) retiramos del fuego y trituramos.

 

Ponemos las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten y añadimos una a una y removiendo a la mermelada de fresa.

Vertemos sobre cada uno de los moldes.

Y terminamos enfriando en la nevera al menos doce horas. Ideal de un día para otro. Sacaremos de la nevera media hora antes de consumir para que se tibie y apreciar mejor los sabores.